06/2/2005 10:21
M’han passat un text que pot anar molt bé per reflexionar sobre l’aprenentatge i la memòria.
Parla de la memòria i de l’oblit (completament relacionat), de com i quan recordem i de com i quan aprenem.
Explica com aprenem a base d’haver practicat i reflexionat, d’haver
pogut fer nostres les coses…. i ho fa a partir d’exposar situacions
quaotidianes i gens acadèmiques. Sense anomenar-ho parla de
l’aprenentatge significatiu.
A paritr del text recordem moltes situacions on el mestre diu: "vaig a
preparar les classes perquè d’aquest tema no recordo…" Arribem doncs
a la conclusió: Si el profe no ho recorda, era tan important?
En definitiva, llegint el text he recordat el significat de la paraula RECORDAR
que com gairabé totes les paraules nostres venen del llatí (no totes és
clar, moltes venen de l’àrab) i vol dir TORNAR A PASSAR PEL COR.
Aquí està el text:
Aprender implica recordar … y por tanto está directamente relacionado con
olvidar. Un ejemplo: ¿Cuantas noticias eres capaz de recordar del mes de
diciembre de 2004? Seguro que el maremoto de Asia y no muchas más a pesar de
que las viste repetidas reiteradamente en los telediarios, las leíste en los
periódicos y las escuchaste en la radio. Y solo ha pasado 1 mes. Ver la tele
o leer el diario y hacer un curso no son tan diferentes como se piensa.
Se recuerda aquello que deja una huella especial, aquello que se sale de la
norma, aquello que no se espera que vaya a ocurrir (un maremoto) o que se
espera que ocurra como de costumbre (y aquí interviene lo relacionado con
aprender a partir del error). Pero sobre todo se recuerda cuando te sucede a
ti. Por mucha empatía que tengamos, mientras no experimentemos un maremoto,
difícilmente podremos comprender su magnitud.
Te cuento otro ejemplo reciente: Hace poco asistí a una reunión donde había
que mostrar una aplicación web a un cliente. Se suponía que estaba todo
preparado: el cliente ponía la sala y el portátil, nosotros llevamos la
aplicación en CD, en pen drive e incluso en disquete por si algo no
funcionaba. Y en efecto, cuando pensábamos todo saldría perfecto, algo no
funcionó, algo que no estaba previsto: la versión del navegador que tenía
instalado el portátil (Explorer 5.0) no permitía mostrar la aplicación y en
la sala no había conexión a Internet para actualizarlo. Aprendimos que no
basta con tener un ordenador disponible sino que hay que verificar la
versión del navegador. Claro que si lo olvidamos para la próxima ocasión …
Yo hago una sencilla diferencia entre conocimiento y aprendizaje:
Conocimiento es lo que ya sabemos (aunque no sepamos que lo sabemos), es
aquello que nos permite actuar. Aprendizaje es lo que no sabemos, y por
tanto lo que necesitamos saber para actuar, para tener conocimiento. Para
construir conocimiento hace falta practica, hace falta tiempo y por supuesto
motivación. No basta con acceder a contenidos (bases de datos de mejores
practicas por ejemplo) ni a expertos sino que hay que reflexionar, poner en
practica, comprobar el resultado, corregir y almacenarlo en la memoria como
una experiencia. Por eso es importante el énfasis en la palabra que
mencionas. Actividad.
Aprender significa por tanto acumular experiencia reutilizable en el futuro.
Nuestra memoria almacena experiencias que nos ayudan a entender el mundo y
nos dan el conocimiento necesario para enfrentar las nuevas situaciones que
vivimos cada día. Aprendes a partir del conocimiento que ya tienes,
necesitas encontrar experiencias del pasado para ayudarte a entender un
hecho nuevo y por eso recordar se convierte en un factor crítico.
Aprendes porque tienes objetivos que te interesan y aprender se convierte en
un medio para alcanzarlos. Yo tengo un hijo de 11 meses y medio que acaba de
aprender a andar. ¿Crees que yo le he enseñado? En absoluto. Ha aprendido él
porque le movía la motivación a conocer y explorar su entorno. El
aprendizaje tiene que generar algún cambio de comportamiento, de conducta.
Cuando, como peatón, aprendes que un semáforo rojo te indica que no cruces
la calle, cada vez que te enfrentas a esa situación tu sistema de
aprendizaje te hace llegar esa experiencia para recordártelo (como en el
caso del Explorer 5.0). Pero si no lo almacenaste o si lo olvidas, las
consecuencias pueden ser muy graves.
Esto implica que para aprender hay que entender, hay que pensar, hay que
saber el porque, hay que hacerse preguntas. Sino, se trata tan solo de
memorizar y como el ejemplo que te ponía al comienzo, al cabo de pocas
semanas apenas recuerdas nada. Hace unos días un amigo, ingeniero químico
con brillante expediente académico, me contaba que estuvo revisando uno de
sus exámenes de universidad y era incapaz de explicarse no solo cómo había
sido capaz de desarrollar de su puño y letra todo un jeroglífico de formulas
sino que ni siquiera era capaz de entender las preguntas del examen.
Memorizar no significa aprender.
La reflexión profunda lleva al aprendizaje profundo. Para que aprendas,
tengo que hacerte pensar, tengo que darte objetivos que te interesen,
actividades … pero si al cabo del tiempo no recuerdas lo que aprendiste,
entonces no lo aprendiste. En la mayor parte de cursos, presenciales o
virtuales, se piensa poco, apenas se reflexiona, no te dejan ninguna huella
profunda y por tanto se olvidan.
A este proceso le tenemos que añadir un elemento fundamental: práctica
frecuente. Si vas al gimnasio 1 semana (como quien hace un curso de una
semana) y no vuelves nunca más, no puedes pretender lograr cambio alguno. La
práctica perfecciona el aprendizaje y hace al experto. Y el experto es aquel
que acumula tal cantidad de casos y experiencias que es capaz de
predecir cómo se van a desarrollar los acontecimientos en su área de
expertise. El experto sabe lo que sabe y lo que no sabe.
Javier Martínez Aldanondo | Gerente Desarrollo de Proyectos
GEC
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