L’escola del futur

08/1/2005 07:48
L’Ángeles Gutierrez ens ha fet arribar a grup DIM l’article que es publicarà en breu al portal educared.

Tant de bó, com diu l’article, En l’escola del futur hauríem d’incorporar la millor tecnologia. En aquest punt, com en uns altres que tenen a veure amb la inversió econòmica, les administracions educatives demostraran si de debò creuen que l’educació és la base sobre la qual volen que es construeixi la societat

LA ESCUELA DEL FUTURO (Angeles Gutiérrez)

Hasta ahora el sistema educativo trataba de garantizar que todos los alumnos se adaptasen a la escuela, pero en el futuro será la escuela la que deba adaptarse a los alumnos.

La sociedad se ha ido haciendo cada vez más compleja. Los trabajos cambian rápidamente. Todos los profesionales deben aprender constantemente cosas nuevas. Hasta hace poco tiempo, las personas completaban sus estudios y ejercían su profesión. Hoy día sabemos que nadie termina de aprender, entre otras razones, porque su desarrollo laboral, sea cual sea su ocupación, requiere de la formación permanente. Los estudiantes del futuro continuarán aprendiendo durante toda su vida y lo harán de forma autónoma, autodirigida. La escuela del futuro debe enseñar a aprender.
Howard Gardner, psicólogo de Hardvard, afirma que “el cerebro humano procesa al menos siete clases de inteligencias, cada una de las cuales incluye un conjunto particular de habilidades que operan en paralelo” (Gardner, H., 1991) El aprendizaje no es una experiencia pasiva sino un proceso constructivo y activo. Los currículos han de contribuir al desarrollo y al uso de los distintos tipos de inteligencias o habilidades. Los buenos alumnos ya no serán solo los que destaquen en lengua, matemáticas, historia o ciencias, sino que cualquier persona puede tener éxito si nos fijamos en un abanico más amplio de habilidades, y estas destrezas se pueden tener en cuenta en la escuela.

Hacia el aprendizaje colaborativo y la clase centrada en el alumno.

Queremos que nuestros alumnos se acostumbren a trabajar con otros, pero ¿cómo van a hacerlo si en clase están colocados en filas y columnas?. A veces la atmósfera que respiran está cargada de competitividad, pues los estudiantes son conscientes de que van a ser evaluados y etiquetados. Han de ser mejores que el resto para poder estudiar lo que quieran y donde quieran. Esto hace que algunos se puedan sentir aislados y solos.
También nos preocupa que los estudiantes estén motivados, que se interesen por aprender. Las clases tienen que ser más divertidas, más participativas, con más acción. ¿Cómo pretendemos que participen, actúen y se interesen alumnos a los que obligamos a permanecer sentados y callados durante horas? Los niños tienden a la interacción social, a relacionarse con sus compañeros, están predispuestos al aprendizaje colaborativo. El sistema tradicional de clase les disuade de relacionarse y colaborar.

La escuela del futuro se apartará de la clase centrada en el profesor. Será necesario tener en cuenta varios aspectos a los que no se ha prestado suficiente atención:
· Qué aporta el estudiante al entorno de aprendizaje
· Cuáles son los puntos fuertes de cada alumno
· Cuáles son los intereses y los objetivos de los estudiantes
· Hasta dónde ha llegado el alumno
La clase no centrada en el profesor contará con la participación de alumnos, profesores y padres. Se constituirán en comunidades de aprendizaje en las que todos aporten sus destrezas para conseguir que todos aprendan lo mejor posible. El maestro será un facilitador del aprendizaje.

Los alumnos necesitan más experiencias del tipo manos a la obra. A menudo, en la escuela actual, los conocimientos teóricos se apartan de la práctica por lo que los alumnos tienen que conformarse con el aprendizaje vicario, con aprender de oídas, de lo que les cuenta el profesor o lo que dicen los libros y no de primera mano, experimentando, creando, produciendo. En la escuela del futuro aprender haciendo implicará contar con infraestructuras más próximas al taller, al laboratorio, al museo, al teatro, a la biblioteca, al periódico o al huerto.

Los nuevos edificios escuela.

Los edificios escuela serán también diferentes. Sería bueno que dispusieran de grandes ventanas con doble acristalamiento para aprovechar al máximo la luz natural y mantener el calor en el invierno, contribuyendo al ahorro energético. El edificio ha de contar con placas solares para producir energía y con contenedores para el reciclaje. Éste es un buen entorno para adquirir conocimientos científicos y éticos. Los alumnos se ocuparán del jardín, del invernadero y del huerto, del reciclaje de los materiales y de algunas tareas de mantenimiento del edificio (aprender haciendo) Todo el edificio estará completamente adaptado a las necesidades de todas las personas, incluidas aquellas que tengan cualquier discapacidad.
Si queremos abrir la escuela al barrio para que los alumnos se beneficien de las aportaciones de todos y para que cualquier persona utilice los recursos de la escuela, será necesario ampliar el horario en el que los centros permanecen abiertos y los espacios se tendrán que adaptar a nuevas funcionalidades. Las escuelas deberían disponer de zonas comunes donde alumnos y visitantes pudiesen interactuar.

En los edificios escuela del futuro queremos la mejor tecnología: Red inalámbrica de banda ancha para poder transmitir audio y vídeo, grandes pizarras digitales de interacción y tablet PCs para cada alumno, sensores para el reconocimiento automático de usuarios, software para hacer simulaciones virtuales, video conferencia para establecer debates con alumnos de otros centros, laboratorios tecnológicamente equipados para aprender ciencias realizando experimentos, buenas impresoras y plotters para realizar diseños y creaciones artísticas, software para el reconocimiento de voz, televisión educativa, emisora de radio escolar, y cualquier otro dispositivo que facilite la interacción, la experimentación, la comunicación, el almacenamiento de información, la expresión, la creación y el aprendizaje.

Nuevas tecnologías y nuevas formas de aprender.

La sociedad está altamente tecnologizada, y esta tecnología ha entrado en la escuela, masivamente, según la opinión de muchos. Pero, ¿se ha producido realmente algún cambio metodológico significativo que acompañe a esta tecnología? En muchos casos se está pasando el libro de texto al ordenador, el profesor sigue dando su clase magistral, los alumnos siguen la lección y practican ejercicios en el ordenador, cada uno a su ritmo, de forma individualizada y, a la vez, individualista. La escuela del futuro necesita un cambio conceptual de la enseñanza y el aprendizaje. No podremos seguir haciendo lo que hacíamos porque ya no resulta útil. Los procedimientos de enseñanza tradicionales fueron adecuados pero ya no lo son. Si alguien va a tener que aprender durante toda su vida y va a trabajar en equipo, no es apropiado que el esfuerzo de la escuela se centre en conseguir que los alumnos, individualmente almacenen conocimientos, ya sean contenidos o procedimientos. Las clases del futuro ejercitarán a los estudiantes en las técnicas de aprendizaje colaborativo, utilizando la tecnología por las ventajas que proporciona, a saber:
· Comunicación ubicua: cualquier persona se puede comunicar con cualquier otra aún estando en lugares diferentes. Los alumnos podrán tomar contacto con sus grupos de trabajo desde su casa, se podrán formar grupos de alumnos de diferentes centros, diferentes ciudades y países. Los alumnos de medios rurales apartados podrán encontrar grupos de estudiantes de su edad aunque no vivan en su mismo pueblo. Otros miembros de la comunidad podrán tomar parte en los grupos de aprendizaje a través de Internet, por ejemplo, las madres y padres.
· Comunicación asíncrona: no siempre en necesario que los miembros de un grupo de trabajo estén conectados al mismo tiempo. Cada persona puede contribuir al aprendizaje común en el momento más adecuado, cuando disponga de tiempo. Esta versatilidad permite a los alumnos organizar su tiempo y planificar las tareas, de este modo empiezan a aprender a aprender ya que se tienen que responsabilizar de su trabajo y del trabajo común.
· La tecnología facilita el intercambio de recursos por lo que contribuye igualar las oportunidades de aprender de todos los alumnos. Todos pueden manejar gran cantidad de información, pueden contar con el consejo de profesionales, mentores, tutores, padres, maestros y compañeros. La escuela del futuro debe garantizar que la tecnología esté al alcance de todos. Si la tecnología está en la escuela, estará a disposición de todos. Cada vez más escuelas están abriendo sus puertas al barrio en horario extraescolar. Así las familias que no disponen de Internet en su casa, pueden acudir al centro escolar para utilizar este y otros recursos.
· Las pizarras digitales de interacción permiten guardar los ejercicios que escriban en ellas los alumnos y las explicaciones del profesor. Con estas pizarras los profesores podrán corregir los ejercicios realizados por los alumnos para que todos aprendan a resolver mejor los problemas. Se puede subrayar o hacer anotaciones manuales al margen de un texto o sobre una página web que se haya cargado de Internet, se puede dibujar con rotuladores y se puede enviar toda esta información a cada alumno en tiempo real si disponen de ordenadores portátiles o, mejor aún, de TabletPC. Esto es una realidad presente que comienza a implantarse en las escuelas españolas. En la escuela del futuro tendremos que incorporar la mejor tecnología. En este punto, como en otros que tienen que ver con la inversión económica, las administraciones educativas demostrarán si de verdad creen que la educación es la base sobre la que quieren que se construya la sociedad.

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About Anna Pérez

Mestra de primària, membre de la XeR, de Webquestcat, Ravalnet...
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